martes, 22 de octubre de 2013

LA DEMOCRACIA EN LA ACTUALIDAD



La democracia como concepción y forma de gobierno ha ido evolucionando hasta ser considerada en la actualidad como la expresión más acabada de la convivencia social y del bien común. Se basa en el principio de la soberanía del pueblo y de la igualdad política de todos, de ahí que en la democracia es posible convivir respetando las diferencias, encontrando espacios para elegir, teniendo igualdad ante la ley y garantías para que nadie prive a otros de sus derechos.
La democracia dispone por lo regular, de una base de legitimación bastante amplia y una medida relativamente más alta de capacidad de respuesta. Vista desde otro punto, la democracia no opera en términos de imposición de poder, autoridad o exigencias de obediencia, más bien emerge en conversaciones de co-inspiración que generen el consenso y acuerdos.
En la actualidad la democracia es esencial para el desarrollo social, político y económico de los pueblos de América.
Jonathan Hartlyn y Arturo Valenzuela sostienen que la democracia tiene tres dimensiones críticas: la competencia por el voto, el constitucionalismo y la inclusividad o participación. Respecto a la primera dimensión, el gobierno está constituido por los líderes que compiten con éxito por el voto de la ciudadanía en elecciones que se celebran con regularidad. La esencia de la competencia es la aceptación de la legitimidad de la oposición política; asimismo, es importante la creación y consolidación de sistemas de partidos que permitan seguir una pauta previsible. La segunda dimensión consiste en el respeto al orden constitucional que encarnan unos documentos o unas prácticas constitucionales. La democracia constitucional define y restringe los poderes de las autoridades gubernamentales, así como los límites de la hegemonía de las mayorías electorales con el fin de proteger los derechos y preferencias de los individuos y las minorías. La tercera dimensión comprende disposiciones constitucionales referentes a la ciudadanía que se amplían para dar cabida a proporciones mayores de la población adulta, para lo cual se eliminan restricciones que pesaban sobre el sufragio basándose en la propiedad, la capacidad de leer y escribir, el sexo, la raza o la etnicidad.
Así, se llega a la inclusión plena por medio de cambios en las reglas oficiales.