sábado, 21 de septiembre de 2013

ATRACTIVOS PERUANOS PARA VISITAR (04): RANRAHIRCA EL ENCANTO DEL CALLEJÓN DE HUAYLAS

El Distrito de Ranrahirca es uno de los ocho distritos que conforman la Provincia de Yungay, ubicada en el Departamento de Ancash, perteneciente a la Región Ancash, en el Perú.
La localidad de Ranrahirca y varias comarcas aledañas sufrieron enormes tragedias a lo largo de la historia peruana contemporánea. Durante el verano de 1962, un gigantesco alud proveniente del Huascarán sepultó la capital distrital, enterrando a más de 3,000 personas. En 1970, el fuerte movimiento sísmico del 31 de Mayo, produjo el desprendimiento de parte del pico norte del Huascarán que enterró a 4,000 pobladores del distrito de Ranrahirca.
En la actualidad Ranrahirca se ha desplazado unos kilómetros más al sur de su ubicación natural, y es célebre por sus fiestas taurinas.
Ranrahirca es uno de los más atractivos distritos de Yungay y se hace presente dentro de la ruta turística del Callejón de Huaylas, cuenta con modernos hoteles y restaurantes.
Museo de Arqueología, Antropología e Historia Natural: es el único museo de historia natural que existe en la región Ancash. Presenta en exposición parte de nuestra fauna, arqueología, agricultura y antropología; además de una emotiva muestra fotográfica de las ciudades de Yungay y Huaraz antes y después de la catástrofe ocasionada por el sismo del año 1970, así como aerofotografías del alud que sepultó la ciudad de Ranrahirca en el año 1962.
Fiesta Patronal en Homenaje al Señor de los Milagros de Ranrahirca: celebrada el 14, 20, 21, 22 y 23 de setiembre donde se realiza dos tardes de corridas de toros que destacan en el departamento de Ancash. Gastronomía: tiene una alta variedad gastronómica donde el plato de bandera viene a ser el sabroso Picante de Cuy, el Puchero, La Pachamanca, el Jamón y el Tarwi Pichu, además de poseer una deliciosa variedad de panes, como las cachangas, cuayes, roscas y bizcochos elaborados en hornos netamente artesanales para preservar su sabor incomparable.

LA CRIPTA DE LOS HÉROES DE LA GUERRA DEL PACÍFICO



La Cripta de los Héroes de la Guerra del Pacífico fue creada por Ley del 3 de diciembre de 1906, con la finalidad de dar sepultura a todos los defensores que sucumbieron en esta infausta guerra. De esta manera, se pretendía reconocer el noble y gran sacrificio de aquellos que habían entregado su vida, en salvaguarda de la integridad y soberanía nacional.

miércoles, 18 de septiembre de 2013

AUQUIHUATO (Leyenda de los distritos de Oyolo, Colta, Pararca y Pausa de la provincia de Paucar del Sara Sara-Ayacucho)



La noticia había corrido tanto como la velocidad de los chasquis; allá, en Cajamarca, los gritos desesperados de indios que morían al estruendo de arcabuces y mosquetes y otros que huían despavoridos entre los cascos de descomunales equinos desataba el horror y la sangrienta afrenta al Tawantinsuyo, el Hijo de Sol, el Sapan Inca Atahualpa, había sido capturado por el mismo conquistador Francisco Pizarro que pedía oro y plata para liberarlo.
Acá, en el valle del río Huancahuanca, actual provincia de Paucar del Sara Sara, tales noticias habían causado dolor y confusión; nadie podía entender cómo podía pasarle, todo lo narrado, al Hijo del Dios Sol. No podían imaginarse siquiera, ¿quien era aquel que se había atrevido a tal sacrilegio? ¡Si el Dios Sol no podía ser detenido por nadie en el mundo!, ¿Cómo era posible que encierren a su hijo?. ¿Acaso eran wiracochas más grandes que el Inti? ¿Podían existir esos puka kunka de barba blanca, descritos por los chasquis?
Esta era la reflexión de Auquihuato, príncipe adivino de Oyolo, que había ordenado se recolectarán joyas, tesoros y adornos de oro y plata. Tenía que cumplir con este encargo, pues la vida del Inca, estaba ante todo. Y se había dado la tarea de comunicar a todos los grandes señores y guerreros de la zona para persuadirlos a entregar oro y plata para enviarlo a Cajamarca.
Y así se hallaba ese caluroso día conversando con Pucapuca, joven guerrero de Pararca, que se encontraba furibundo contra los españoles y estaba dispuesto a iniciar una guerra para expulsarlos del Tawantinsuyo.
¿No crees venerable Auquihuato –dice Pucapuca- príncipe de los adivinos del Tawantinsuyo, que debo seguir fabricando armas para expulsar a esos asnaruna puka kunkas?
Nunca está demás fabricar armas, joven guerrero Pucapuca, contestó Auquihuato.
Molesto por esta respuesta, Pucapuca, se dirige a Auquihuato expresando su resentimiento: Nunca me respondiste con tanta sequedad, venerado Auquihuato. ¿No crees que aún podrían los ejércitos incaicos expulsar a los barbudos invasores?
Auquihuato, solemne, responde: Por el momento, la prioridad es salvar la vida de nuestro Sapan Inka, de modo que debemos reunir los tesoros que logren su rescate. Tal vez los blancos invasores se marchen para siempre, si les entregamos oro y plata en cantidad considerable.
Auquihuato con la esperanza de que una vez libre el Inca encabezaría al ejército imperial para expulsar a los españoles hablaba prudentemente. Pucapuca entendiendo las razones de Auquihuato promete entregar todas sus riquezas para el rescate.
A lo lejos vieron a la Coya Sarasara, que venía hilando lana roja, se acerca a los dos hombres, ante la rendida admiración de Pucapuca y el gesto indiferente del adivino.
Veo, buenos amigos Auquihuato y Pucapuca que continúan angustiados por la suerte del prisionero Inka Atahualpa, dijo Sarasara.
Auquihuato ansioso le responde: Así es, Coya Sarasara, reina de Parinacochas, preciso es que también tú aportes riquezas para el rescate del Inka.
La Coya Sarasara cubre con una manta multicolor una piedra cercana, se sienta y dice: Desde luego caro amigo, prepararé una recua con 200 llamas que serán arreadas por los yanas, mis servidores, hasta la lejana Cajamarca.
En la conversación Pucapuca impertinente había comentado un chisme sobre los supuestos amoríos que tuvieron en su juventud Auquihuato y la Coya Sarasara. Éstos, muy molestos e incómodos, aclararon de inmediato al joven guerrero del hecho que nunca ocurrió entre ellos.
De pronto, Auquihuato entra en trance y empieza a orar: Padre Sol poderoso ¡Oye mi plegaria y protege la vida de nuestro Sapan Inka Atahualpa!... y comienza a chacchar hojas de coca, ante la atónita mirada de Sara Sara y Pucapuca, mueve tristemente la cabeza diciendo: ¡Ah, la sagrada hoja de coca amarga cada vez más y presiento que el fin de Sapan Inka está cerca!
Era cierto lo que decía la coca, Pizarro había matado al Inca tras muchas promesas bonitas y falsas, la triste noticia llegaba hasta ellos… un chasqui imperial, arrodillado y lloroso le dice al adivino: Venerado Auquihuato: el Sapan Inka ya no está más entre nosotros. No envíen ya riquezas porque los españoles han matado al hijo del Sol. Escuchando esto, Pucapuca y la Coya Sarasara que ya estaban conmovidos se afligen hondamente. El cielo de repente oscureció y todo alrededor pareció entristecerse: cerros, plantas, ríos y animales.
Manteniendo la serenidad, Auquihuato eleva sus ojos al cielo y dice: Ya no vale la pena vivir porque la muerte del Inka significa el fin de nuestra autonomía. Pucapuca, ve a tus posesiones y entierra tus riquezas. Tú, Coya Sarasara con tu gran poder, cambia el cauce de las aguas y provoca terremotos.
¿Y tú que harás príncipe Auquihuato? Pregunta Sarasara
Auquihuato se cubre el pecho diciendo: Estoy destrozado, pero hallaré fuerzas para hacerme enterrar con todos mis tesoros en el gran cerro florido que fue siempre mi morada. Descansaré por siempre cerca de mi centinela Huanipaco, mirando las pampas inmensas de Chappe, Qalaqapcha y Chikchipampa. Es tanto mi dolor que dispongo luto eterno: no permitiré vegetación en mi cerro; el río Huacme será tan profundo que nadie regará con sus aguas y las vicuñas que cruzan las pampas llorarán mi silencio…
Desesperado se lleva las manos a la sien, mirando a todos lados repone: Nuestro mundo llegó a su fin, nos quitarán nuestros tesoros, nuestras tierras…impondrán sus leyes, dioses, modos de vivir, ciencias y creencias.
¡Nada será igual!
¿Y no será posible reconstruir nuestro mundo? Pregunta acuciosa Sara Sara
Tendríamos que encontrar la cabeza del Inka y colocarla en una olla para que genere otro cuerpo, repone Auquihuato, concluye diciendo… y para eso pasarán siglos noble Coya.
¡Adiós sabio Auquihuato! Yo no me enterraré como tú. Combatiré a los invasores y estaré en lucha constante provocando sismos y cambiando el cauce de los ríos, para que los puka kunka no tengan paz jamás! ¡Ay de ellos si olvidan mi culto! Diciendo esto Sara Sara comienza caminar…
¡Yo también lucharé contra ellos venerable Auquihuato! ¡Adiós para siempre! Diciendo esto Pucapuca se va junto a Sara Sara.
¡Adiós Sara Sara! ¡Guárdate bien Pucapuca! ¡Hasta siempre amigos míos! Diciendo esto Auquihuato los ve partir y dando la media vuelta se va.

ATRACTIVOS PERUANOS PARA VISITAR: TUMPA-YUNGAY-ANCASH



El pueblo de Tumpa, es un paraíso eterno lleno de maravillas naturales, escoltado por el majestuoso Huascarán, en Yungay, Ancash.
Tumpa, tiene sus raíces en las viejas Culturas ancestrales que existieron de tiempos inmemorables bajo las faldas del nevado Huascarán, como la Cultura Tzatza Racá, Yzcutacancha, Huerta Corral y Tsutsin. Hoy quedan los vestigios de estas culturas en el cual, se ubica actualmente, el pueblo de Tumpa.
La existencia de Tumpa data desde el año 1715, organizado por el Licenciado Francisco Guerrero de Almagro, Juez visitador para la venta y ordenanza de Tierras. Estos títulos marcan las reales firmes limitaciones que hasta la fecha mantiene la comunidad campesina de Tumpa y hoy Formado por los cuatro barrios: Ancash, Centro, San Antonio y Shocosh. Que constituyen un pueblo unido, Con una población aproximadamente de 3000 habitantes entre niños, jóvenes y adultos. Políticamente pertenece al distrito y provincia de Yungay, departamento de Ancash.
El rio santa, uno de los más caudalosos de la sierra y costa peruana, corre de sur a norte entre la Cordillera Blanca y la Cordillera negra, formando un profundo extenso valle:” el Callejón de Huaylas” en la cual resaltan pueblos y ciudades, siendo una de las zonas más espectaculares y asequibles de los Andes peruanos, a menos de 9 horas de Lima por carretera totalmente asfaltada y en buen estado. El distrito de mancos ubicado, en el km. 248 del Callejón de Huaylas es el punto de partida por (trocha carrozable), con dirección al nevado Huascarán a 8 km. De distancia. En la actualidad el servicio de transporte público es permanente de Mancos a Tumpa para su fácil acceso a la zona Huascarán, donde se encuentra ubicado el pueblo de Tumpa.
Conoce nuestros pueblos. Te esperamos.

EL MUERTO QUE SE LLEVO EL DIABLO (Mitos y Leyendas de Chincha)



Era ésta persona que tuvo una vida muy desordenada y llena de pecados. Aparte de pecadores se le conocía por ser muy agresiva y poseer el dinero suficiente como para alimentarse, beber licor en abundancia y convivir con varias mujeres a la vez.
Los comentarios sobre su mal llevada vida, pasaban de boca en boca, sin que nadie se atreviera a decírselo directamente. Asimismo, era comentario general que este hombre había hecho un pacto con el Diablo, quien a cambio de su alma y su cuerpo, le proporcionaba el dinero necesario para sus vicios y diversiones con las mujeres.
Como todo se vivo, éste tuvo que morir. El día de su fallecimiento la gente se incomodó mucho por saber si sus sospechas se confirmarían con su muerte. Todos se preguntaban que seria de su cuerpo y si era verdad que el Diablo se posesionaría de él.
Más que por curiosidad que por otra causa, varios concurrieron al velatorio; otro tanto no lo hizo por temor a que se presentara el Demonio en pleno acto a cobrar la deuda. Los asistentes estuvieron hasta altas horas de la noche. Si que nada anormal sucediera. Poco a poco se fueron retirando, hasta que al promediar las una de la madrugada solo se quedaban los familiares más cercanos, los cuales no pasaban de siete.
Estas personas, muy fatigadas por las muchas horas que habían permanecido despiertas, en un momento dado, se quedaron dormidas.
Al despertar, miraron con asombro que el lugar donde ante se hallaba el cajón con el muerto, estaba vació.
¡El muerto y el cajón habían desaparecido! Asustadísimos recorrieron la casa y los lugares aledaños, tratando de ubicarlo, pero no lo hallaron ¿Dónde estaría? ¿Se lo habría llevado en realidad el Diablo, como comentaba la gente? ¿Qué harían ahora cuando estaban a escasas horas del sepelio, al mismo que habían invitado a muchas personas?.
Al no encontrar el cadáver, dieron por descontado que el Diablo se lo había llevado. Inmediatamente se dirigieron a la funeraria en busca de un nuevo ataúd, el cual remplazaría al desaparecido. Los siete acordaron no decir nada de lo acontecido.
Consiguieron el cajón, colocaron en su interior un grueso tronco para que le de peso, y luego procedieron a cerrarlo herméticamente.
Cuando llegaron las personas para llevar el muerto al cementerio, se sorprendieron de encontrar la caja mortuoria totalmente cerrada. Entonces solicitaron les dejen ver el rostro del finado, pero tal petición les fue negada, porque naturalmente, si abrían la ventanilla lo único que verían seria un tronco seco, ya que el muerto se lo había llevado el Diablo.
Ante tal situación, volvieron a tomar fuerza los rumores ya conocidos, a pesar de ello concurrieron al entierro.
Quienes cargaron el cajón, camino al cementerio, aseguraran que el muerto estaba adentro, pues el cajón tenía peso.
¡Qué equivocados estaban los que tuvieron la oportunidad de cargar el ataúd! En lugar de una persona habían enterrado un tronco, y el muerto se hallaba en poder de el Diablo, quien de esta manera saldaba cuentas con quien llevó una vida llena de diversión y pecados gracias al dinero que le proporcionaba Satanás.